Corte de digestión, si pero no...

Con los meses de playa y piscina, volvemos a oír hablar del llamado "corte de digestión", la sabiduría popular de nuestras abuelas y madres, estaría muy bien también que los abuelos y padres se empiecen también a preocuparse de la salud de su prole, nos dicen que no nos bañamos justo después de comer dado que se podría cortar la digestión y ponernos enfermos. ¿Qué hay de cierto en esa afirmación?

La realidad es que el hecho de bañarnos después de comer no es la causa de todos los posibles males, sino un síndrorme llamada HIDROCUCIÓN, según rae.es:

HIDROCUCIÓN

1.Síncope producido por inmersión brusca en agua fria y que puede ocasionar la muerte

Por tanto el problema en cuestión es el cambio de temperatura repentino entre el cuerpo y el agua (de mar o piscina), el hecho es que después de comer, sobre todo si hacemos comidas muy copiosas, tenemos más probabilidad de sufrir una hidrocución, dado que la sangre la tenemos acumulada en el aparato digestivo para poder realizar el proceso de digestión habitual, pero no es imprescindible haber comido para poder sufrirla.

En resumen, para evitar una hidrocución, aunque coloquialmente se entiende que hablamos de corte de digestión, deberíamos:
  • No hacer comidas copiosas o consumir grandes cantidades de alcohol si nos bañamos en agua muy fría, o bien con mucha diferencia de temperatura entre el exterior o el interior del agua
  • Cuidar de no bañarnos solos en espacios de difícil acceso o alejados de la costa. El problema de la hidrocución es la pérdida de conocimiento dentro del agua, lo que puede comportar un ahogamiento.
  • Cuando nos metemos en el agua deberíamos hacerlo poco a poco para que nuestro cuerpo se adecue a la temperatura

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