COORDINAR UN EQUIPO: ¿QUE PUEDO APRENDER?

Post firmado por IRIS ALARCÓN

Como muchos de vosotros sabéis una de mis pasiones y a la que dedico gran parte de mis horas de ocio es el teatro! Hasta ahora siempre había representado el papel de actriz en la compleja maquinaria que conlleva estrenar una obra, pero hace aproximadamente un año me decidí a dirigir un espectáculo musical. Se trata de "Tarzán, el musical" con 27 actores y actrices en escena cantando y bailando y un equipo técnico compuesto por cinco personas.

Tan sólo ha pasado un día del estreno, pero hoy me he decidido a explicaros qué es lo que yo he aprendido estando ante un equipo de trabajo. A menudo nos hablan de lo que el coordinador del grupo da, pero muy poco sobre qué da el grupo al coordinador ...

<< Me siento llena de emociones, sensaciones y aprendizaje. Ha sido un viaje largo y no siempre fácil, pero os aseguro que he aprendido muchísimo de esta experiencia >>

En primer lugar, el hecho de coordinar un equipo tan numeroso me ha hecho darme cuenta más que nunca que "las cosas no siempre salen como uno las planifica" y no pasa nada! Puede ser incluso que salgan mejor! Recuerdo un consejo que me dio un profesor que conocí a pasantes que realicé en Houston:

"Planifica mucho y sé capaz de adaptarte al máximo".

Y esto es uno de los puntos claves del funcionamiento del grupo: como coordinadora era necesario que todo estuviera planificado y en orden pero siempre con la mente abierta a nuevas propuestas y a las necesidades individuales de cada componente del grupo. Había que adaptar la planificación a la realidad del momento. Desarrollar la capacidad de observar el grupo en su conjunto y cada individuo por separado es vital para darnos cuenta de si lo que teníamos planificado está funcionando o aquel momento concreto requiere que hagamos cambios.

Una de las cosas que mi equipo me ha enseñado durante estos últimos meses es CONFIAR. El grupo de trabajo está formado por personas con un objetivo común: todos y todas queremos que aquello funcione, por lo tanto, es lógico confiar en que todos trabajaremos de forma conjunta para conseguir este objetivo. Para llegar a este punto de confianza yo necesité dos cosas. En primer lugar, necesité durante los primeros meses explicar a mis compañeros y practicar con ellos la metodología de trabajo que creía que mejor se adaptaría a nosotros. En segundo lugar, demostrar - muchas veces sin palabras - que cada uno de los componentes del grupo es parte imprescindible y fundamental del espectáculo: si uno falla los demás vamos cojos para que nos falta una pata imprescindible de este ciempiés! Una vez el grupo ha integrado esto, la confianza en el equipo y que el espectáculo saldría bien era máxima! Crear este clima de confianza y responsabilidad ha sido uno de los otros puntos claves en estos meses de trabajo .

Vivimos en una sociedad individualista y cada vez más egoísta. Estos meses de trabajo en equipo me han enseñado que el amor que genera el grupo entre los componentes de este y hacia el objetivo común es el motor más potente para que un proyecto llegue a buen puerto.

¡Os animo a compartir, confiar, planificar y adaptaros!

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