FINALES Y PRINCIPIOS... DESCUBRIMIENTOS

Post firmado por IRIS ALARCÓN


    Hace unas semanas que he empezado a trabajar en un centro donde estoy muy cerca de personas que viven su última parte del camino. Personas mayores, con un largo recorrido hecho, con familia y amigos que encaran el final de su vida. 

Durante mi época como residente, que apenas he finalizado hace unos meses, el hecho de acompañar a la familia y al paciente en sus últimos momentos siempre fue muy difícil. 


Era una tarea que dejaba a mi tutora, porque pensaba que era ella la más indicada para hacerlo. Aunque en realidad también era porque me daba miedo, no sabía cómo hacerlo, no sabía qué decir ni cómo decirlo.

Estos días he acompañado a Pepita de 95 años y sus hijos, nietos y bisnietos en el final de su vida. Un final muy dulce y muy tranquilo. Cuando entraba en la habitación de Pepita me preguntaba ... "¿qué querré sentir yo de aquí a setenta años, cuando esté en cama a punto de partir de este mundo?" Y, de repente, la respuesta que durante años estuve buscando me vino, quisiera sentirme amada. 


Es así como he acompañado a Pepita y a su familia a llegar al final de su vida, ayudando a entender que es un momento muy triste porque la pérdida, aunque esperada, es dolorosa. A la vez, llenando esa habitación y sus corazones de amor, de buenos recuerdos, de buenos momentos, de sonrisas y algún que otro reír, de abrazos ... porque ... al final de todo, cuando ya no queda nada, lo que nos perdura es el AMOR






Comentarios

  1. Iris felicitats pel teu primer post a l'àgoraMÈDICA, si és que tot són experiències!!!!

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  2. Felicitats Iris,
    certament, "el final de la vida", sembla que roman com "allò que ha de fer el tutor" durant la residència, perquè sembla que no estem prou preparats... després un se n'adona que en determinades situacions és menys difícil de l'esperat... i d'altres justament el contrari, sembla que mai estarem prou preparats per poder ajudar a altres a afrontar-ho... Sigui la situació que sigui, qualsevol dels nostres gestos, paraules, o silencis, tenen molt més pes i valor del que pensem i d'aquí la importància del nostre paper amb els que marxen i els seus familiars i per això hem de seguir "exposant-nos" a aquestes situacions, i seguir formant-nos (com en taantes altres coses) per seguir millorant i enfrontar les "petites pors" i incerteses del nostre dia a dia...que no són poques!
    Segur que la Pepeta es va sentir molt acompanyada, i sempre la recordaràs.

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